Luego de enviar varios CV y acudir a varias entrevistas de trabajo sin éxito, al fin obtienes tu primer “sí”. Tienes tu primer empleo, estás emocionado, lleno de expectativas, pero también de temores, sobre todo por no tener experiencia formal previa.
Días antes de asumir tu nuevo empleo te preguntas cómo será el ambiente de trabajo, la dinámica con tus compañeros y tu jefe, y si podrás agarrar el ritmo fácilmente. ¿Sabes qué? No eres la única persona que se ha sentido así.
Si quieres salir airoso y destacarte, toma nota de estos consejos que comparte la experta en gestión estratégica del capital humano y en bienestar organizacional Luisa Bernhardt Franco(@luisabernhardt).
Sé puntual siempre
Llegar puntual al lugar de trabajo deja ver tu compromiso con la organización y con tus responsabilidades. Te permitirá revisar tareas pendientes con calma, verificar la agenda pautada en caso de que así se estipule, tomarte un café en caso de que así lo desees, además de fluir sin estrés ni presión por estar con el tiempo encima, más en estos días en los que vivimos un tránsito caótico.
Este consejo no solo se limita a la hora de entrada: también debes aplicarlo para reuniones, llamadas y otras actividades que deban hacerse en un momento específico.
Aprovecha las oportunidades de aprendizaje
Contrario a lo que algunos piensan, la formación no concluye cuando cuelgas el título en la pared: ese es solo el inicio de un camino de posibilidades que se abren ante ti. Saca el mayor provecho a las oportunidades de aprendizaje en las que puedas participar, siempre con prudencia y sin afectar tus responsabilidades.
El primer trabajo sienta las bases de nuestro desarrollo a nivel profesional, es como esa patadita que nos moverá hacia los escalones que vendrán más adelante preparándonos para poder subirlos. Y ojo, esto no solo se limita a cursos o formación como tal, aquí también aplica el aprender a hacer otras cosas que no necesariamente estén relacionadas con tu puesto de trabajo. Si tienes la suerte de que te inviten a trabajar en un proyecto de otra área y tu supervisor inmediato está de acuerdo, no dejes escapar la oportunidad.
Proactividad por encima de la pasividad
Si tienes una idea o propuesta, dila en voz alta, ¡arriésgate! Si bien es cierto que siempre hay dudas de que nuestra idea no sea lo suficientemente buena o de que vaya a ser tomada en cuenta, si nunca la externamos, no hay forma de saberlo.
Muchas buenas ideas se han quedado atrapadas en la mente por no darles la oportunidad de salir a la luz. Así que llénate de valor y di lo que piensas; eso te pondrá en el mapa y te irás haciendo cada vez más visible.