En un mercado laboral cada vez más competitivo, una de las metas que todo empleador se traza es destacar entre la multitud. Y, contrario a lo que algunos piensan, para ello no es suficiente contar con un buen curriculum o cumplir con las funciones del puesto que se ocupa.
¿Qué tienen en común los trabajadores exitosos? A propósito de que hoy, primero de mayo, se celebra el Día Internacional del Trabajador, consultamos a la experta en gestión estratégica del capital humano y bienestar organizacional Luisa Bernhardt (@luisabernhardt), quien lista 10 características que debe poseer todo profesional que busca desempeñarse con éxito en su labor.
1. Fuerte sentido de pertenencia
¿Has conocido a una persona que, al momento de hablar de su organización, se nota cuán conectado está con su lugar de trabajo? Esto es lo que se conoce como sentido de pertenencia. Más allá de un empleado sentir que la organización es parte de sí mismo, se ve motivado por nuevos retos y los logros no los ve como algo meramente individual, sino de equipo. Esta característica lo hace visible a los ojos de los tomadores de decisiones, permitiéndole que se abran ante sí nuevas oportunidades de crecimiento profesional, incluso sin importar el poco o mucho tiempo que lleve desempeñando sus funciones.
2. Inteligencia emocional
Un trabajador exitoso es una persona empática, no solo con los clientes externos, sino también con sus compañeros y colegas. Tiene conocimiento de sus detonantes y sabe manejar la forma en la que reacciona ante ellos. Está consciente de que no todos los días se vivirá en el paraíso organizacional, que vendrán días difíciles pero que debe estar preparado para afrontarlos de manera tal que sus reacciones no terminen lacerando sus relaciones interpersonales.
Una recomendación que ofrece la experta para esos momentos en los que se puede perder el control es traer al presente un momento o hecho agradable. Eso ayudará a bajar un poco los niveles de molestia, ansiedad o frustración. Otra sugerencia es decirle a la persona con quien se tiene una conversación que puede tornarse acalorada que lo mejor es continuar después, evitando siempre las salidas dramáticas, que solo empeoran las cosas.
3. Iniciativa
Se tiende a confundir la iniciativa con ser el primero en proponer o hablar, lo cual no es necesariamente lo mismo. Una persona con iniciativa es aquella que se lanza a proponer nuevas formas de hacer las cosas; plantea nuevos puntos de vista en base a argumentos y no a imposiciones, está dispuesto a colaborar en nuevas tareas o proyectos, saliendo incluso de su rol laboral, trabaja en equipo y es colaborador e interactúa en espacios fuera del ámbito laboral.
Tener iniciativa transmite el mensaje de que eres confiable y alguien que puede solucionar problemas. Ojo con los enemigos de la iniciativa, como lo son el miedo a cometer errores, la inseguridad, no confiar en tus fortalezas y la pereza; ellos siempre andan rondando por ahí, así que construye una pared que te rodee y no les permitas subir.
4. Abierto a los cambios
Tal y como reza el dicho, “Lo único constante es el cambio”. Estar abierto al cambio en el ámbito organizacional significa atreverse a tomar riesgos, enfrentar los patrones convencionales, definir metas e ir tras ellas, adaptarse a lo que viene y dejar ir lo que ya no funciona.
Las ventajas que esto supone van desde un constante aprendizaje, desarrollar el sentido de la flexibilidad, la mejora continua, nuevas oportunidades y sentir que cada día se vive algo nuevo, lo que ayuda a mantenerse motivado y en estado de alerta. “Se dice que la rutina es el asesino silente de la creatividad y el crecimiento. Bien lo dice la frase ‘Las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas'”, cita Bernhardt.
5. Buena actitud
¿De qué vale tener tremendas aptitudes, si las actitudes son terribles? De nada valen las grandes inversiones en habilidades técnicas, aptitudes magistrales si siempre se tiene una conducta pesimista, de la que todos quieren mantenerse alejados. Cultivar una buena actitud en el trabajo no solo contribuye a sentirse cómodo con lo que se hace; también impacta en los resultados y quienes está alrededor.
6. Ambición
Muchas veces la palabra ambición ha sido mal utilizada y por tanto malinterpretada. La ambición, en el ámbito laboral, hace referencia a las características que poseen algunas personas que les permiten lograr sus metas de manera ética y trabajando por ello. Entre esas la profesional cita el ser consciente de las motivaciones laborales, deseos y objetivos bien definidos sin dejar nada al azar. “Conocen sus capacidades para lograr lo que se han propuesto y las limitaciones que pueden dificultarlo, pero sobre todo sus metas, no atadas a competir con otros o vanagloriarse por ello”, explica.
7. Responsabilidad
La responsabilidad va más allá de llegar temprano al trabajo o cumplir con las horas laborales establecidas: significa estar comprometido con la organización y sus objetivos. No se trata de hacer las cosas por hacerlas, sino enfocarse en hacerlas bien, con dedicación, enfocado a resultados, adhiriéndose a las políticas y procedimientos establecidos.
“Cuando un trabajador exitoso está en posición de liderazgo hace lo posible porque las condiciones de trabajo sean óptimas para los demás colaboradores, para que puedan realizar sus labores de manera óptima. Desarrolla otros líderes, se preocupa por un buen clima y el bienestar en la organización”, dice.
8. Productividad
La clave para ser un empleado exitoso radica en la elige, prioriza y se enfoca en sus tareas: su costumbre diaria no es el trabajo bajo presión, ya que es organizado y planificado. El trabajador productivo no es aquel que trabaja horas extras, sino el que aprovecha sus horas de trabajo al máximo y tiene su vida equilibrada, dando espacio y lugar a sus intereses personales, hobbies, actividades recreativas, pasar tiempo con amigos, familia y, sobre todo, descansar.
9. No creer saberlo todo
Sin importar qué tan estudiada sea una persona, nunca lo sabrá todo, y pretender saberlo todo solo nos convierte en personas ignorantes. En el ámbito laboral, es importante saber reconocer esto, pero sobre todo saber identificar quién sabe qué cosas. Tal y como explica Bernhardt, la riqueza está en que existan varias perspectivas y conocimientos entrelazados, para dar no solo mejores resultados, sino también abrir la puerta a la innovación compartida.
10. Trabajo en equipo
aber trabajar en equipo es vital para los resultados, pero también para alcanzar metas y crecer profesionalmente en el entorno laboral. El trabajo en equipo va mucho más allá de hacer cosas en conjunto: es combinar las habilidades de cada miembro complementándose; tienen responsabilidades y asignaciones de manera individual que se convierten en afines las veces que sea necesario, teniendo una meta de llegada en común.
“Es dentro de estos ambientes donde se desarrollan los líderes que se hacen visibles, propiciándose el crecimiento tanto profesional como personal. Alguien que no sabe trabajar en equipo, difícilmente es recomendado para asumir nuevos retos”, concluye.
“El éxito se construye paso a paso y a fuego lento, de manera constante, pero con intencionalidad”
– Luisa Bernhardt, experta en gestión estratégica del capital humano y bienestar organizacional